viernes, 23 de diciembre de 2016

Las cosas de diciembre

El morbo de estar con uno. No me adhiero al sindicato de las solas, porque no estoy sola. Tampoco al del silencio, hablo demasiado. Tampoco al de hacer nada, no lo soporto. Tampoco al de leer un libro en un tiempo, agarro varios al mismo. Tampoco al de la memoria, la olvido. Penosamente no soy ordenada, y lo que más deseo es serlo.

Mi estabilidad en lo inestable constante, ahí está. Al querer sin expectativa, más con esperanza. La esperanza es humana, la expectativa no necesariamente. A pesar de las ofertas, tengo esa necedad de seguir dando clases. Aprendo del dolor de los tatuajes dibujados, requeridos. Añado, y no en la piel, a quienes me conforman y fortalecen: familia, amores maravillosos que en suma hacen de este año uno que se abraza, que lo hace amable, Amable.

Me hiere la muerte cercana, la muerte mordida con música clásica de fondo, a la ausencia de quienes han estado y de repente pasan a otro mundo. Siguen.

Acepto mis vicios que estructuran mi contenido, los que me hacen escribir. Nunca he sido muy buena en expresar lo que pienso porque las palabras no me alcanzan, porque aunque las conozca, las olvido y requiero de alguien que me recuerde mi visión. Antes sospechaba de que ello era una gran debilidad, este año me ha quedado más claro que es la ventaja que trae como consecuencia la eterna sorpresa.

Aventarse.

Los accidentes, los escrúpulos. Los accidentes, la muerte, la vida.

Las imágenes, los ojos miel, los labios delgados.

El cuerpo, los ángulos. Los goces secundarios, la idea de lo trascendental. Los tiempos y los espacios discordantes y movidos a voluntad de amar. La libertad de ser.

Ya estoy grande, la felicidad de no haber cumplido lo que se espera. El brillo de las aclaraciones, de la calma después de la plática de dos horas. El compartir sin esperar.

La comida. Los sabores, los colores, el aroma. Los pequeños placeres que se agigantan. Los libros y sus gritos, los envíos bien recibidos: el conocimiento que en mí podría dibujarse incidental, pero que igual se quedan.

Puentes. Admiración por los que se quedan en el medio sin chispear. La música, las amigas. Los proyectos, las ideas, las reuniones que quedan en algo. El hecho.

Muchas cosas, cosas. Cosas.


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