Debo decir que comencé a ir al gimnasio poco tiempo después de mi regreso del Distrito Federal (el "Defectuoso" de hoy en adelante). Puedo darles un tour de tacos y debo decir: jamás me enfermé. Justo comencé a ir porque había subido de peso considerablemente y lo tomé no como un castigo, si no como una oportunidad. Por cierto, recuerdo una vez que un tonto (por no decir otra cosa) le habló fuerte a una prima mía porque habíamos intercambiado aparato y que se pone loco con ella, ¿no me han visto enojada, eh? Ese día el tipejo me escuchó, una chavita de a lo mucho 15 años con un tipo gritando. Argggh... Me quejé, claro. Nunca faltan tipos machos que se creen lo máximo, recuerdo que aquella vez me dijo: "soy maestro, y no se debe hacer esto, porque estaba esperando". Sé que pueden pensar: "bueno, estaba a un lado del aparato, claro", nooo... Estaba en otro lugar y se puso loco. Un día lo vi de nuevo atravesando la calle y yo en el coche, ¡ah, si fuera un poco malvada le hubiera dado un susto, pero no!
Bueno, ya me desvié un poco de mi tema. Hoy les quiero contar de cositas que suceden ahí pero desde el enfoque: los que me espantan, los que me decepcionan, los que hacen nada, los del celular, los extraños... Lo intentaré:
El de las oraciones
Una tarde escuché una plegaria, quisiera que pongan algo de imaginación a lo siguiente: "¡Unshhh, huiessssjjjjjg.... Arrggghhoosss..!". Son de esas cosas que espantan, dije -Santo cielo, un monstruo-, ya después supe que decía: "uno, dos, tres, cuatro...". Sólo que traía una pesa de quizá, 50 kilitos. Hacía desplantes en todo el circuito y evidentemente, estaba lleno de músculos sobre músculos sobre músculos. Poco después supe su nombre porque me solicitó "amistad" es una red social. Nunca le he hablado, y su foto era de las típicas selfies con short y eso, ya saben. Rifa paquetes de proteína pura y francamente creo que debe ser buena persona, sólo que la imagen aquélla me persigue y su oración me retumba.
Los del celular
Si hay algo que me perturba son aquellos que nunca hacen una rutina completa porque en realidad, hablan por teléfono. De hecho, no creo que hablen, pero da la imagen de ser súper resistentes. Otra es, en un aparato, están viendo mensajes, ¿sabrán acaso que hacen perder tiempo a quienes sí vamos a algo?, pura pantalla. Debo decir que hay momentos de risa cuando por estar con el celular, ¡se les cae, rebota y se desbarata el aparatejo!, pequeños instantes felices (escúchese voz de Rosuka Ross).
Los que me decepcionan
Puede existir la ventaja de ver interesantes cuerpos. Una vez un tipo, digamos que apreciable, llegó con su maleta vestida de bolsa de Gandhi librería. Hasta me brillaron los ojos. Ese día llegó un chico con su camisa semi abierta y ¡chas! Apenas se vieron, se hablaron, intercambiaron teléfonos, se tocaron sus músculos y salieron juntos. Desde entonces, ni me ilusiono. Obvio.
Las buenonas
Pues claro, cuerpazos. Una chica lleva una faja talla -7 (exagerada yo). Veía su cintura y me preocupaba que de repente se trozara y medio cuerpo cayera al lado, lleno de sangre y pedazos de piel. Hay otras que estoy segura, llevan guardaespaldas, otras operadas que van a tonificar lo que no se puede con cirugía. O las que se toman fotos haciendo pesas. Digamos que inspiran, pero vaya, eso de llevar licuados en vez de agua, me da nervios.
Los buenones
Mi definición de buenón radica en la espalda. Siempre escuchaba a mis amigas hablar de los que tenían glúteos interesantes, nunca fue algo en lo que me fijara, ahora lo veo como ejemplo de disciplina. Hay un tipo todo calvo que colocando sus manos en la barra, casi gira. Eso de que sea calvo habla de hormonas atractivas, aunque de cara pues no. Y es que eso es indispensable. Bueno, ya hablaré de los cráneos y el extraño caso de mis fijaciones.
El cubano
No sé si sea cubano, pero me parece. Moreno, alto, marcado, bello. Lo he visto tres veces en mi vida, y aunque no he atinado en su horario, y no soy lo suficientemente enferma para averiguarlo, me da la impresión que da la clase de box. De todas formas no me metería a la clase, se me saldría el corazón con una abdominal (no suena romántico, no quiere ser romántico).
Por el momento lo dejo aquí, todos los días me encanta observar. Ah, una vez un chico sí se me quedó viendo, y yo sin lentes, mensa, pues me quedé viendo pensando "¿es alumno?". No, no. Siguiente escena: su playera decía: Ciencias de la salud. ¡Era de prepa! Caso cerrado.
Ah... Ahora estoy cansada, andamos en nueva rutina con nuevo instructor cuya estatura es, pequeña. Buen tipo, sólo que de repente no lo encuentro cuando hay que cambiar de aparato. Hoy justo, hablando con mi prima dije al terminar una rutina: "¿on ta bebé?" y veo los ojos de mi prima más abiertos de lo normal, volteo y estaba a mi lado. Espero no lo tome a mal, pero es que no se ve.
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